Sistema Inmunitario
Cada persona es única, y al igual que su cuerpo tiene un aspecto físico determinado, la pared de cada una de sus células presenta, en lenguaje químico, una clave que indica su individualidad. Parte de esa clave resulta ser característica de su especie, otra parte del órgano o tejido al que pertenece esa célula, y otra es propia del individuo.
Esas diferencias se hacen notar cuando una célula se encuentra con otra extraña, y son las que originan las reacciones de rechazo en los transplantes.
Entre los años cincuenta y sesenta del siglo pasado se descubrieron sustancias específicas de la pared celular, como los antígenos del leucocito humano (HLA), que son reconocidos por el sistema inmunitario del receptor como extraños, y por tanto del injerto es rechazado.
La HLA nos indican el parecido entre los tejidos de dos parientes o de dos individuos en general.
El rechazo se controla con medicamentos inmunosupresores, como ciclosporina, azatioprina, prenidsolona, tacrolimus y anticuerpos (monoclonales y policlonales). El exceso de estos inmunosupresores puede aumentar el riesgo de infecciones por organismos oportunistas que por lo general no actúan, pero que sí lo hacen en un paciente que tiene disminuidas sus defensas.
Es el principal sistema defensivo que tenemos los animales. El sistema inmunitario es un sistema fantamagórico, no se trata de nada en concreto una parte muy importante del sistema son los ganglios linfáticos que forman parte del sistema linfático.
El sistema linfático también está formado de células, una de ella las llamadas glóbulos blancos (linfocitos, están dentro de los ganglios linfáticos).
Estos linfocitos son capaces de reconocer lo propio (mediante nuestras señales de identificación celular y los antígenos H) de lo extraño (lo que es extraño es un antígeno) cuando reconocen lo extraño atacan formando anticuerpos específicos contra ese antígeno, cuando se une el antígeno con el anticuerpo este anula su toxicidad (este proceso necesita al menos unos 5 o 7 días para que surja efecto y de tiempo de fabricar los anticuerpos) por ejemplo: La Gripe.
Una vez que hemos estado en contacto con una infección se conservan unas células de memoria, por si volvemos a estar en contacto con este misma infección los anticuerpos actúan rápidamente y eficazmente anulan su toxicidad.(nos volvemos inmune)
Por esto los niños se ponen muchas veces malos, cogen infecciones nuevas casi a diario.
En la médula roja de los huesos en donde se forman células sanguíneas y también los llamados linfocitos.
La barrera social
El primer trasplante de corazón desencadenó un amplio debate que implicaba temas importantes, como definir en qué momento se producía la muerte.
Hasta entonces se consideraba que la vida humana dejaba de existir con la parada cardíaca, cuando cesaba la respiración y el corazón dejaba de latir.
Desde 1964 los médicos comenzaron a defender el llamado "criterio de Harvard", que suponía una nueva definición del final de la vida: el testimonio de la muerte es ahora un electroencefalograma plano, una prueba de que el cerebro ha dejado de funcionar de manera irreversible.
La posibilidad de extraer órganos para el trasplante está ligada a esa idea de muerte cerebral, cuando aún funcionan los pulmones y el corazón, ya que si se espera hasta que cesen los latidos o la respiración, muchos órganos ya no son trasplantables.
En cuanto a su aceptación social, los trasplantes suponen una pugna entre una visión racional y solidaria, que es favorable, y otra en la que se da prioridad a creencias o tradiciones.
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